¿Cómo ve mi gato?
Desde sus primeros días de vida, el gatito experimenta una evolución notable en su capacidad visual. Aproximadamente entre los 7 y 10 días de nacido, el gatito abre sus ojos, aunque su visión es inicialmente limitada. Al llegar a los 2 meses, su visión se asemeja más a la de un gato adulto.
La visión del gato está finamente sintonizada para adaptarse a su vida como cazador nocturno solitario. Presenta tres capacidades fundamentales para su supervivencia: la habilidad excepcional de detectar movimiento, la capacidad de aprovechar la mínima iluminación en la oscuridad y una visión binocular amplia.
Algunos gatos albinos heredan una conexión anormal entre la retina y el cerebro, lo que resulta en una percepción cruzada de los ojos y problemas en la localización de objetos debido a la falta de visión binocular.
Comparación con la visión humana:
La visión felina difiere sustancialmente de la humana. Los gatos son más sensibles a la luz y tienen una mejor visión en condiciones de poca luz, gracias a sus pupilas verticales. Además, su campo visual es más amplio, permitiéndoles detectar movimientos en un área más extensa.
Los gatos poseen una habilidad excepcional para captar movimientos rápidos, una destreza que se traduce en su eficacia al cazar. Asimismo, son altamente sensibles a los movimientos pequeños y los cambios en la distancia, lo que les facilita la detección de presas pequeñas incluso a largas distancias. La visión felina revela un mundo visual único, adaptado perfectamente a sus instintos y necesidades.
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